San Frontón, fue consagrado en Roma por el apóstol San Pedro en la dignidad pontifical y, junto con cierto presbítero llamado Jorge, se le envió a predicar a dicha ciudad. Habiendo emprendido juntos la marcha, Jorge murió en el camino San Frontón lo enterró, y volviendo junto al Apóstol le contó la muerte de su compañero. Éste le ordenó: " dirás así: Por la obediencia que del Apóstol recibiste, en nombre de Cristo levántate y cúmplela". Y así se hizo. Por el báculo del Apóstol, San Frontón recobró de la muerte a su compañero de expedición, y convirtió al cristianismo con su predicación la citada ciudad, la ilustró con muchos milagros y, a su digna muerte, en ella recibió sepultura, es decir, en la iglesia que bajo su advocación se construyó, en la cual, por concesión de Dios, se otorgan muchos beneficios a los que los piden.
Algunos dicen que San Frontón fue uno de los discípulos de Cristo. Y aunque su sepulcro no es semejante a ningún otro sepulcro de santo, sino que es perfectísimamente redondo como el del Señor, aventaja a todos los de los demás santos por la hermosura de su admirable fábrica.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario