5 de marzo
SAN EUSEBIO DE CREMONA
San Eusebio conoció a San Jerónimo en Roma, durante un viaje que hizo a la ciudad, siendo muy joven. En adelante les unió una gran amistad, tan larga como su vida. Eusebio determinó acompañar a Jerónimo a Tierra Santa. En Antioquía se les reunieron Santa Paula y Santa Eustoquio y todos juntos fueron a visitar los Santos Lugares, antes de instalarse definitivamente en Belén. Viendo la cantidad de peregrinos que llegaban, San Jerónimo decidió construir un albergue y, probablemente con el fin de recoger fondos para la obra, mandó a Eusebio y Poliniano a Dalmacia y a Italia, donde, según parece, San Eusebio vendió sus propiedades de Cremona y la casa que Santa Paula poseía en Roma.
En Roma, Eusebio se vio envuelto en una violenta disputa con Rufino, un sacerdote de Aquileya a quien se acusaba de haber hecho una traducción tendenciosa de las obras de Orígenes y de predicar falsas doctrinas. San Jerónimo había manifestado su oposición a las doctrinas de Rufino, y Eusebio se puso de parte de su maestro. Rufino atacó violentamente a Eusebio, acusándole de haber robado su traducción de Orígenes para introducir los pasajes tendenciosos. Poco después, San Jerónimo acusó a Rufino de haber pagado a un monje para que se apoderase de una carta de San Epifanio a Juan de Jerusalén; Eusebio había confiado esa carta al monje para que se la tradujese al latín, pues, aunque era muy buen latinista, no conocía el griego. Los detalles de esta larga controversia son bastante oscuros y poco edificantes. Parece que Eusebio fue uno de los que más pesaron para que el Papa San Atanasio condenase los escritos de Orígenes.
El año 400, Eusebio visitó nuevamente su tierra natal y parece que se quedó en Italia. En todo caso, la relación que se le atribuye de la muerte de San Jerónimo es ciertamente falsa. San Jerónimo dedicó a su amigo varios de sus escritos. Se dice que San Eusebio fue enterrado en Belén, junto a San Jerónimo, pero el hecho es muy dudoso. Uno de los altares en la cripta de la iglesia de la Natividad está dedicado a San Eusebio. Según una tradición, fue el fundador del monasterio de Guadalupe, en España e introdujo en la península la Orden de los Jerónimos; pero dicha leyenda carece de fundamento.
Casi todos los datos fidedignos que poseemos sobre San Eusebio de Cremona provienen de las obras y cartas de San Jerónimo. Francisco Ferrari utilizó dicha fuente, desgraciadamente con muy poco sentido crítico, para escribir la biografía publicada en Acta Sanctorum, marzo, vol. l. Ver también DCB, vol. II, pp. 376-377, y Cavallera, St Jérome, sa vie et son oeuvre (1922).
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