13 de septiembre
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El segundo Amado de este día llegó a ser obispo de Sion (Sitien), en lo que es ahora el territorio de Suiza, en el año de 660. Casi nada sabemos sobre él hasta unos dieciséis años después, cuando, por razones desconocidas, el rey Thierry III de Austrasia lo desterró al monasterio de Péronne, donde San Ultan, hermano del fundador San Fursey, era el abad. En el año de 686, murió San Ultan, y San Amado quedó al cuidado de San Mauronto en la abadía que acababa de fundar en Breuil de Flandes. Cuando iba en camino de su nueva prisión, San Amado pidió permiso para cambiar de ropa en la iglesia de Cambrai. Le señalaron un cuartito completamente desprovisto de muebles y, al quitarse la capa, como no tenía donde colgarla, la dejó en suspenso sobre el rayo de luz del sol que entraba por el ventanuco. Pero no fue, por supuesto, a causa de aquel incidente pueril e imaginario, que San Mauronto se arrodilló ante San Amado al verlo llegar y le pidió perdón por ser su guardián, sino a las virtudes del obispo y a lo injusto de su posición. En el monasterio de Breuil, por el ejemplo y las palabras, incitó a los monjes al fervor y a la humildad. El obispo custodiado vivía en una celda aparte, cerca de la iglesia, y se ocupaba en la meditación y la contemplación. Así vivió varios años con aquellos monjes, hasta que los dejó para convertirse en su mediador ante Cristo en su gloria, alrededor del año 690. El Martirologio Romano da a entender que San Amado fue obispo de Sens y, a decir verdad, así se cree por regla general; pero ha habido confusión entre Senonensis y Sedunensis, y el nombre de San Amado se anotó equivocadamente en las listas de obispos de alguna de las dos sedes durante el siglo décimo. Sin embargo, su asignación a la sede de Sion en Valais es segura. Hay dos biografías en latín de este santo, una impresa en el Acta Sanctorum, sept. vol IV y la otra en el catálogo del MSS. hagiográfico, de Bruselas, II y pp. 44-45. Antes de eso, los bolandistas lo describían como obispo de Sens y no de Sion y, ese punto de vista ha sido sostenido en los tiempos modernos por H. Bouvier en Histoire de l´Eglise de Sens vol. I (1906), pp. 457-460. Por otra parte ver a Bensson en Monasterium Agaunense (1913), p. 171. Cf. también a Duchesne en Fastes Épiscopaux, vol. I, p. 246, y vol. II, p. 239. |
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