domingo, 25 de marzo de 2012

SAN DIMAS El buen ladrón


25 de marzo


SAN DIMAS
El buen ladrón 


    En la suposición de que Nuestro Señor fue crucificado el 25 de marzo, el Martirologio Romano, en este día, contiene la siguiente relación: "En Jerusalén, la conmemoración del santo ladrón que confesó a Cristo en la cruz y mereció oír de El las palabras: "Este día estarás conmigo en el paraíso". No sabemos más de su historia que lo contenido en los pocos versículos dedicadosa él por el evangelista San Lucas; pero, como en el caso de la mayoría de los otros personajes nombrados en los Evangelios, tales como Pilato, José de Ari matea, Lázaro, Marta, pronto se compuso un relato que situó al "buen ladrón" en lugar eminente en la literatura apócrifa de los siglos primitivos. En el "Evangelio de la Infancia" de los árabes, se nos relata cómo, en la ruta de la huida a Egipto, la Sagrada Familia fue asaltada por ladrones. De los dos jefes llamados Tito y Dumaco, el primero, movido a compasión, pidió a su compa ñero que dejara pasar a aquellas gentes sin molestia y, al rehusarse Dumaco, Tito lo sobornó con cuarenta dracmas para que los dejara en paz. Entonces, la Santísima Virgen le dijo a su benefactor: "El Señor Dios te sostendrá con su diestra y te concederá la remisión de tus pecados". Y el Niño Jesús también intervino y dijo: "Dentro de treinta años, madre, los judíos me cruci ficarán en Jerusalén y estos dos ladrones serán crucificados conmigo, Tito a mi derecha y Dumaco a mi izquierda y, a partir de ese día, Tito me precederá en el paraíso". Este relato, junto con otros, encontró popular aceptación en tre la cristiandad occidental. Aunque los nombres más comúnmente dados a los ladrones fueron los de Dimas y Gestas, también encontramos los de Zoatan y Camata y aún otros diversos. Ese sentimiento genuino de devoción fue algunas veces evocado, ya que el instante del perdón del buen ladrón en la cruz parece figurar en la visión de San Porfirio (c. 400), a la que se hizo referencia en su día (26 de febrero). Encontramos a los dos ladrones representados en cua dros de la crucifixión, desde tiempos muy remotos, como por ejemplo, en el manuscrito de Ciríaco, ilustrado por Rábulas, en 586, conservado en la Biblio teca Lorenciana en Florencia. Las palabras del buen ladrón: "Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino", se han adaptado a un uso muy solemne en la misa bizantina, al"gran principio" de ella y  la comunión de los ministros y el pueblo.

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