1 de enero
SAN CONCORDIO,
Mártir
Nos has creado para Ti, y nuestro corazón
no descansará hasta que descanse en Ti.
(San Agustín).
En el reinado de Marco Aurelio, el subdiácono Concordio fue aprehendido en el desierto. Ante su juez Torcuato, gobernador de Umbría, que residía entonces en Espoleto, nuestro mártir no sucumbió, ni a las promesas, ni a las amenazas. Apaleado en el primer interrogatorio y descoyuntado en el potro en el segundo, Concordio cantaba gozosamente en medio de sus tormentos: "Gloria a Ti Señor Jesús!" Tres días más tarde, Torcuato dio la orden de decapitarle, si no ofrecía sacrificios a un ídolo que un sacerdote, acompañado por dos soldados, debía presentarle en su prisión. El santo mostró su indignación escupiendo al ídolo; acto seguido, uno de los soldados le decapitó.
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