1º de noviembre
SANTA MARÍA,
Virgen y Mártir
(¿Siglo IV?)
María era esclava de un oficial romano llamado Tértulo. Había sido bautizada de pequeña y era la única cristiana de la casa en que servía. Hacía mucha oración y ayunaba con frecuencia, particularmente en las fiestas de los ídolos. Su devoción no agradaba a su ama; en cambio, su fidelidad y diligencia la complacían en extremo. Cuando estalló la persecución, Tértulo trató de persuadir a María a que abjurase de la fe, pero no logró vencer su constancia. Temiendo perderla si llegaba a caer en manos del prefecto, Tértulo la azotó despiadadamente y la encerró en un cuarto oscuro. Pronto se divulgó la noticia, y el prefecto acusó a Tértulo de haber ocultado a una cristiana en su casa. María fue entregada al punto a la autoridad. Viendo que la joven confesaba valientemente a Cristo ante los jueces, el pueblo pidió que fuese quemada viva. María, después de pedir a Dios que le diese valor para seguir confesándole, dijo al juez: "El Dios a quien sirvo está conmigo. No temo tus tormentos, pues sólo pueden quitarme la vida y estoy pronta a dar la mía por Jesucristo." El juez ordenó a los verdugos que la torturasen, y éstos lo hicieron con tanta crueldad, que los presentes incapaces de soportar el espectáculo, profirieron voces para que se suspendiera la tortura y pidieron que se pusiese en libertad a la víctima. El juez la entregó a un soldado para que la ejecutase, pero ést, compadecido al verla indefensa, la ayudó a escapar. Aunque María murió naturalmente, el Martirologio Romano la considera como mártir, teniendo en cuenta lo que sufrió por Cristo.
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