11 de marzo
SAN EULOGIO DE CÓRDOBA,
Mártir
No resistas al que te maltrate; antes, si alguno te
hiriere en la mejilla derecha, vuelve
también la otra.
(Mateo, 5,39).
Mientras se conducía a San Eulogio para martirizarlo, recibió una bofetada; ofreció el santo la otra mejilla para cumplir el consejo del Evangelio. Había antes dejado la espada para aceptar el episcopado en lo más recio de la persecución, Resistió valerosamente al rey de los moros. Se le amenazó con los azotes, pero él pidió que, más bien, se le hiciese morir, pues los látigos eran tan impotentes para arrancarle la fe del corazón como para separar su alma de su cuerpo. Se le hizo decapitar, en el año 859.
MEDITACIÓN
SOBRE LOS TRES GRADOS
DE LA PACIENCIA
II. El segundo grado es desear ardientemente sufrir, y buscar las ocasiones para ello. Así, San Eulogio presentó la otra mejilla para recibir una segunda bofetada, y pidió que se le hiciese morir . Así es como tantos mártires anhelaron la muerte, como tantos penitentes buscaron el padecer. ¿No es verdad, acaso, que el fin de todos tus esfuerzos es evitar el sufrimiento? No te engañes, no hay otro medio para llegar al cielo que el de la cruz; si existiese otro más corto y agradable, Jesucristo nos lo hubiera enseñado.
III. El tercer grado de la paciencia es sufrir con alegría. Los apóstoles se regocijaban en los trabajos y tribulaciones; andaban llenos de gozo cuando habían sido reputados dignos de sufrir por Jesucristo. "Regocijaos -decía Nuestro Señor- si el mundo os aborrece, porque me ha aborrecido a mí antes que a vosotros". Qué bello espectáculo es para Dios ver a un cristiano en lucha con el dolor. (Minucio Félix).
La paciencia
Orad por la conversión de los infieles.
ORACIÓN
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