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lunes, 14 de mayo de 2012

BEATA MAGDALENA CANOSSA Virgen


14 de Mayo


BEATA MAGDALENA CANOSSA 
Virgen




   Nace en Verona el 1 de marzo de 1774 de noble y rica familia, la tercera nacida de seis hermanos. A través de etapas muy dolorosas, como la muerte de su padre, las segundas nupcias de su madre, la enfermedad y la incomprensión, el Señor la guía hacia caminos que Magdalena intenta recorrer con muchos esfuerzos.
   Atraída por el Amor de Dios, a los 17 años desea consagrar su vida a El y por dos veces intenta la experiencia del Carmelo. Vuelve a su familia y, obligada por eventos dolorosos y trágicas situaciones históricas de fines del siglo XVIII, encierra en el secreto de su corazón la vocación y participa en la vida del Palacio Canossa aceptando la gestión del cuantioso patrimonio familiar.

   Magdalena orienta su vocación hacia el auxilio de los pobres hambrientos no sólo de pan, sino también de instrucción, comprensión y de la Palabra de Dios. Los descubre en los barrios periféricos de Verona, donde los reflejos de la Revolución francesa y las subsiguientes dominaciones de Emperadores extranjeros habían dejado signos de patente devastación y de sufrimiento humano. Busca y encuentra a las primeras compañeras llamadas a seguir Cristo pobre, casto, obediente y enviadas a testimoniar su incondicionada Caridad entre los hermanos.

   En 1808, superadas las últimas oposiciones de su familia, Magdalena deja definitivamente el Palacio Canossa para empezar, en el barrio más pobre de Verona, aquella que interiormente reconoce como la voluntad del Señor: servir a los más necesitados con el corazón totalmente plasmado en Cristo.

   Venecia, Milán, Bérgamo, Trento ... En pocos decenios, las fundaciones de la Canossa se multiplican, la familia religiosa crece al servicio del Reino de Dios.

   Alrededor de la figura y de la obra de Magdalena nacen constantemente otros testimonios de la Caridad: la Naudet, el Rosmini, el Provolo, el Steeb, el Bertoni, la Campostrini, la Verzeri, la Renzi, los Cavanis, el Leonardi, todos fundadores de otras Familias religiosas.

   La Institución de las Hijas de la Caridad obtiene, entre 1819 y 1820, la aprobación eclesiástica en las distintas diócesis donde las Comunidades ya están presentes.

   El 23 de diciembre de 1828, Su Santidad León XII aprueba la Constitución del Instituto con el Breve Si Nobis.

   Después de repetidos intentos negativos con Don Antonio Rosmini y con Don Antonio Provolo, hacia el fin de su vida, Magdalena consigue empezar también el Instituto masculino que proyectó ya desde 1799.

   En Venecia, el 23 de mayo de 1831, abre el primer oratorio de los Hijos de la Caridad para la formación cristiana de los jóvenes y de los adultos, entregándolo al Sacerdote veneciano Don Francesco Luzzo, coadyuvado por dos laicos de Bérgamo: Giuseppe Carsana y Benedetto Belloni.

   Magdalena acaba su intensa y fecunda existencia terrena a la edad de 61 años. Muere en Verona el 10 de abril de 1835 asistida por sus Hijas. Era Viernes Santo.

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