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martes, 21 de agosto de 2012

BEATO BERNARDO DE TOLOMEI, Abad


21 de agosto



BEATO BERNARDO DE TOLOMEI, 
Abad

   El Beato Bernardo, hijo de la noble familia de Tolomei, nació en Siena en 1272; su biografía fue escrita por el dominico Lombardelli (+ 1613) aunque no está totalmente documentada.

   De joven, Bernardo estudió en Siena, en el convento dominico de Santo Domingo, prosiguiendo sus estudios hasta recibirse de abogado en la Universidad de la ciudad.

   En plena crisis religiosa, por intercesión de Nuestra Señora se cura de una enfermedad de la vista, que lo lleva a abandonar la ciudad y su vida mundana. Siguiendo la inspiración del cielo, en 1313, año de una nueva lucha sangrienta entre ciudadanos adversarios, Bernardo Tolomei junto con dos conciudadanos, el noble  Patricio Patrizi y Ambrosio Piccolomini, abandona Siena retirándose a Accona, una propiedad de los Tolomei, a 15 km de la ciudad.

   Dejando sus hábitos de abundancia, los reemplazan por otros más modestos, cambian sus nombres, dedicándose a una vida de oración, penitencia y soledad eremítica. Todavía se conserva la gruta de aquel período, compuesta por una pequeña capilla que Tolomei se había hecho construir.

   La vida ascética de estos tres jóvenes, pronto atrajo a otros muchos nobles y plebeyos, que decidieron unirse a ellos. Bernardo haciéndose responsable de todos, se dirigió al obispo de Arezzo en cuya jurisdicción se encontraban, para obtener la autorización, canónica para su comunidad.

   El 26 de marzo de 1319, el obispo de Arezzo Guido Tarlati, concedió a Bernardo Tolomei y a Patricio Patrizi ‘Charta fundations’ del naciente monasterio de Santa María del Monte de los Olivos, bajo la Regla de San Benito. Adoptaron hábito blanco, con el objeto de honrar a la Virgen María, de quien Bernardo era devotísimo y cuya devoción dejará en herencia a la espiritualidad de laCongregación.
   En ese mismo año (1319), Bernardo y sus compañeros hicieron su profesión religiosa, recibiendo el hábito monástico de manos del delegado del obispo.

   Dejando el estilo de vida eremítica para profesar la Regla Benedictina enriquecida por la precedente experiencia ascética, establecieron que el abad fuera elegido solamente por un año. La elección como primer abad, recayó en Bernardo, pero éste, aduciendo su dificultad visual, no aceptó, de modo que fue elegido Patricio Patrizi; pero en 1321, Bernardo ya no pudo rehusarse y se convirtió en abad de su monasterio. Prueba de su excepcional personalidad, es que durante veintisiete años, los monjes lo fueron eligiendo como abad, año tras año, prácticamente casi hasta su muerte, dándole todas las facultades y poder de decisión sin tener que rendir cuenta a nadie.

   Por al menos dos veces trató de dejar el cargo, en 1326 y 1342, apelando no solamente a su dificultad visual, sino también a que no era sacerdote, habiendo recibido solamente las órdenes menores, pero el legado pontificio reafirmó su legitimidad canónica.  Todavía en vida de San Bernardo, se unieron a la primera abadía por lo menos otros once monasterios. Además, el 21 de enero de 1344, el abad obtuvo del Papa Clemente VI, residente en Avignon, la aprobación pontificia.

   La tradición atribuye al misticismo de Bernardo coloquios con el Crucifijo y otras apariciones de santos. En 1348, durante la gran peste, hubo numerosas víctimas de la misma en el monasterio. Después de ayudado y confortado a sus propios hijos, Bernardo muere, según la tradición, el 20de agosto de 1348, víctima también él de la peste.
   Después de la destrucción del monasterio de Siena en 1554, durante la guerra entre Carlos V y la República de Siena, las reliquias del Beato se perdieron.

   En su congregación se lo consideró Beato desde el siglo XV, su culto fue aprobado por el Papa Pío II, que visitó el monasterio del Monte de los Olivos en 1462. Fue confirmado como beato por decreto de la Congregación de Ritos, el 24 de noviembre de 1644.  En  1680 la fiesta religiosa del 20 de agosto fue  pasada al 21 agosto a causa sobreponerse  en ese día (el 20) con la del gran San Bernardo de Clarabal.

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