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lunes, 26 de diciembre de 2011

SAN ARQUELAO, Obispo de Kashkar


26 de diciembre


SAN ARQUELAO, 
Obispo de Kashkar
(Fecha desconocida)


  El martirologio romano señala en esta fecha la muerte, ocurrida en Mesopotamia, del obispo San Arquelao, famoso por su ciencia y su santidad. En su De Viris llustribus dice San Jerónimo que "Arquelao, un obispo de Mesopotamia, compuso un libro en sirio sobre las discusiones que entabló con un Manes, procedente de Persia. Ese libro fue traducido al griego y han sido muchos los que lo han leído. Arquelao vivió en la época del emperador Probo, el sucesor de Aureliano y de Tácito". Los relatos sobre Arquéalo dicen que un sirio llamado Marcelo había logrado la libertad para cierto número de esclavos cristianos, y el heresiarca Manes le felicitó efusivamente y le tomó muy en cuenta su acción caritativa. De esta manera, Manes tuvo oportunidad de inculcar sus conocimientos a Marcelo. Este informó del asunto a su obispo, Arquelao, quien entabló discusiones con Manes. Estas "actas" son documentos interesantes para la historia del maniqueísmo, pero ni fueron escritas en sirio, las escribió Arquelao. Cuando Focio hacía recomendaciones a su hermano para que leyese el libro de Heracliano de Calcedonia contra los maniqueos cuyo estilo, dice, "combina el lenguaje ordinario con el ático, como un profesor que entrase a un concurso de superación", cita las palabras de Heracliano cuando decía que las disertaciones de Arquelao fueron escritas por un tal Hegemonio. Las investigaciones han demostrado que las mencionadas disertaciones no fueron más que una treta literaria y que se compusieron muchos años después de muerto Manes. En consecuencia, parece que San Arquelao, sobre quien no se sabe nada más, es un personaje tan ficticio como sus "disertaciones", inventado para la ocasión por el mismo Hegemonio.

   Toda la cuestión del Acta Archelai es muy oscura, pero aún así, puede consultarse a Bardenhewer en Geschichte der altkirchuchen Literatur, vol. III, pp. 265-269, al DCB, vol. I, pp. 152-153 y a Les Ecritures Manichéenes de P. Alfaric (1918), pp. 55 y ss.

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