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sábado, 22 de octubre de 2011

SAN FELIPE, Obispo de Heraclea y Compañeros, Mártires


22 de octubre

SAN FELIPE, 
Obispo de Heraclea
y 
Compañeros,
Mártires
   Pocos antecedentes se conocen de este Felipe, que a comienzos del siglo IV era un anciano y venerable obispo en Heraclea de Tracia, en la costa griega del noreste, junto a lo que llamamos mar de Mármara, y que entra en la historia pública de la santidad con la persecución de Diocleciano.

   Cuando las autoridades romanas cerraron su iglesia el buen obispo no parece inmutarse y se limita a recordar a todos que Dios no vive entre paredes sino en el corazón de los hombres; el culto no se suspende por tan poca cosa, y exhorta a los hermanos a seguir honrando al Señor al aire libre, en cualquier lugar donde quieran y puedan.

   Segunda orden del gobernador: que le entreguen los vasos sagrados y los libros de la Iglesia. Al rehusar, se apresa a Felipe y a su diácono Hermes, se les azota, conminándoles a adorar al emperador, a la diosa Fortuna y a Hércules, deidad epónima de la ciudad, el Poder, el Destino y la Fuerza. Nuevas y comprensibles negativas, que hacen que Felipe y Hermes mueran en la hoguera en Adrianópolis.

   De tan lejanos mártires retenemos no sólo la firmeza en la fe, sino también una escala de valores admirablemente segura y cierto sentido del humor bien afianzado en las cosas eternas que no puede por menos que tomarse a guasa los grandes ídolos que todavía hoy veneramos reverentemente.

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