Páginas

sábado, 10 de septiembre de 2011

BEATO FRANCISCO de BUENAVENTURA, Mártir del Japón


10 de septiembre
BEATO FRANCISCO de BUENAVENTURA,
Mártir del Japón
(1622 d. C.)

.

Francisco de San Buenaventura fue un discípulo predilecto del Beato Apolinar Franco, jefe del grupo de mártires japoneses y ministro provincial de los franciscanos del Japón. Catequista diligente y activo, se había dedicado a la obra de la evangelización, a la enseñanza de la doctrina cristiana a los niños y a los adultos, a la asistencia de los enfermos en las casas privadas y en los hospitales preparando a los enfermos para los últimos sacramentos y a bien morir. En todas las necesidades del apostolado fue siempre pronto y sujeto a las directivas de su Padre Superior.
Era natural de Yedo y japonés de nacionalidad, desde joven fue recibido en el seminario de los franciscanos con la intención de llegar a ser también él franciscano y sacerdote, para lo cual se dedicó con pasión a los estudios.
Cuando el Padre Apolinar Franco fue arrestado por los guardias y conducido a la cárcel a causa de la fe, Francisco estaba ausente de la casa. Lo supo solamente a su regreso. Con ánimo turbado fue al gobernador de Omura, le reprochó sus crueles delitos y su apostasía abominable (era un cristiano renegado) y le dijo que también él era cristiano y que quería compartir los sufrimientos de la cárcel y la gloria del martirio.
El gobernador, irritado con estas palabras, lo hizo arrestar y encarcelar. Así Francisco pudo nuevamente abrazar a su querido Padre y le pidió la gracia que desde años atrás deseaba: ser admitido a la vestición del hábito en la Orden de los Hermanos Menores.
En la penumbra de la cárcel se cumplió un rito conmovedor. Francisco pudo comenzar su noviciado vistiendo el hábito franciscano, pudo ser recibido entre los Hermanos Menores en calidad de clérigo con el nombre de Fray Francisco de San Buenaventura.
Para nuestro heroico religioso se inició aquel día el más singular año de noviciado, rico en fervor seráfico y de grandes sacrificios. La cárcel se había transformado en comunidad religiosa con sus horarios, con la oración en común, con la recitación del breviario y del rosario. Este tiempo de preparación no terminaría con el sacerdocio sino con el martirio. El 12 de septiembre de 1622 Francisco de San Buenaventu­ra fue condenado a ser quemado vivo y ajusticiado en Omura. Fue beatificado por Pío IX el 7 de julio de 1867.

No hay comentarios:

Publicar un comentario